SOBRE EL ESTUDIO LENTO EN EL PIANO
Esta es la típica pregunta que se suele plantear a los artistas: ¿Considera necesario centrar el trabajo en la velocidad o practica mucho la obra a la velocidad requerida?
La velocidad en la interpretación pianística. Fuente: Pixabay |
Muchos pianistas trabajan a una velocidad lenta. Esto era habitual en William H. Sherwood. Harold Bauer cree que la velocidad es inherente a la persona, de manera que cuando el pasaje se comprende a la perfección, puede tocarse al tempo adecuado. Backhaus explica que raramente trabaja como objetivo la velocidad y dice que si domina el fragmento, puede tocarlo a cualquier tempo: “No centro mi trabajo en conseguir velocidad como otros hacen”, señala. “Rara vez estudio rápido porque interfiere en la claridad. Prefiero tocar más despacio, prestando la máxima atención a la claridad y a la obtención de un buen sonido. Con este planteamiento me doy cuenta de que cuando necesito velocidad ya la he conseguido.”
Clarence Adler aconseja siempre a sus estudiantes que comiencen con el trabajo lento – el tempo más rápido se desarrollará después de forma natural. La velocidad solo debe utilizarse cuando la pieza se haya aprendido a fondo, cuando se haya puesto atención en cada aspecto de la expresión y cuando la digitación, los acentos y las dinámicas se dominen completamente. “Apenas creerías cómo es la lentitud con la que estudio.”
ALGUNAS EXCEPCIONES
Hay muy pocas excepciones a la opinión general que se muestra a favor de trabajar la técnica independientemente del repertorio. Godowski afirma que nunca practica las escalas. Bauer se preocupa poco por el estudio de la técnica pura y piensa que la composición en sí misma contiene suficiente material de naturaleza técnica. Si estas brillantes excepciones demuestran o no esta idea es algo que el alumno de piano reflexivo debe decidir por sí mismo: ya es consciente de que la interpretación en un piano moderno requiere una técnica perfecta, junto con la ecuación personal de una salud de hierro, un propósito serio y una mentalidad polifacética. Las señora Rider-Possart dice lo siguiente: “La técnica es algo que un artista debe poner en un segundo plano, sin embargo, si no la posee, no puede llegar a ninguna parte.” El estudiante no pasará por alto el hecho de que adquirir el necesario control técnico exige tiempo y centrarse en el mismo fuera de la pieza que esté tocando. Debe comprender los principios de la técnica pianística y seguir una cierta rutina para asegurarse el mejor de los resultados de la manera más rápida y segura. Mientras que cada uno debe trabajar de forma individual, es un estímulo saber que incluso los mejores artistas deben trabajar a fondo su técnica, deben mantenerla siempre al día, tocar despacio y memorizar poco a poco. La diferencia entre el artista y el músico amateur con talento se encuentra a menudo en la absoluta concentración del primero, su perseverancia y su devoción por perseguir unos ideales más elevados.
BIBLIOGRAFÍA:
Brower, H. (1915). Piano Mastery. Talks with master pianists and teachers. New York: Frederick A. Stokes Company.
Traducción: Francisco José Balsera Gómez
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